jueves, marzo 02, 2006

EL GRAN MUFTI


MUHAMMED AMIN AL-HUSSEINI (n. Jerusalén, 1893- m. El Cairo, 1974)

Nacido en el seno de uno de los clanes más ricos y poderosos de la provincia otomana de Palestina, estudió la ley islámica en el Cairo y luego administración en Estambul. En 1913 completó su peregrinación a la Meca y en 1914 se presentó voluntario para luchar en el ejército otomano en al guerra mundial. Posteriormente, ante la derrota turca, cambió de chaqueta y ayudó a los británicos a partir de 1917; convirtiéndose en poco tiempo en un agitador antisionista que acabó entre rejas tras ser uno de los que incitaron los disturbios contra los judíos de 1920. A principio de los años veinte los judíos representaban más o menos un 10% de la población de Palestina, y su relación con sus vecinos árabes era de mutua tolerancia. Sin embargo, durante la década siguiente se produjo la inmigración de unos 100.000 judíos, atraídos por la promesa británica de crear un estado para ellos. Esto aumentó la tensión entre ambas comunidades, e hizo que apareciesen fanáticos como al-Husseini. En Julio de 1920 ocupó su cargo el nuevo administrador británico, Sir Herbert Samuels, quien a la muerte del Mufti de Jerusalén en 1921, perdonó a al-Husseini que había escapado de la cárcel y huido a Transjordania, y lo nombró Gran Mufti vitalicio a condición de que mantuviese el orden.
Sin embargo al-Husseini no tenía intención de cumplir lo prometido. Desde el primer momento acabó con cualquier conato de colaboración con los sionistas, y sus mayores logros, como la restauración de la cúpula de la Roca y la mezquita de al-Aqsa fueron siempre encaminados a dar vida a un creciente movimiento nacionalista y religioso que tenía como único objetivo echar a los judíos. Su mandato se caracterizo por la creciente violencia ejercida contra sionistas y árabes tibios en el trato con estos. En 1929 instigo nuevamente disturbios contra los hebreos, a los que acusó de atacar y profanar las mezquitas, que se cobraron muchas víctimas. Pero fue en 1936 cuando se produjo la mayor revuelta árabe. Ante la creciente llegada de judíos que escapaban del nazismo, los líderes árabes encabezados por el Gran Mufti organizaron una escalada de violencia que iba a durar tres años y que al-Husseini utilizó para tratar de eliminar a los judíos, pero también se asesinó a muchos árabes de clanes rivales. La revuelta se convirtió en una pequeña guerra al comenzar también los ataques del Irgún judío, con lo que los británicos al final se tuvieron que emplear a fondo para pacificar la zona.
En 1937 los británicos lo exiliaron en Siria, declarándolo culpable del asesinato del comisionado para Galilea. Posteriormente apoyó la rebelión contra los británicos instigada por los alemanes en 1941. Al-Husseini llamó a la Yihad contra los aliados desde su exilio en Bagdad por lo que, finalmente, se vio obligado a huir a Alemania donde fue tratado como un huésped de lujo. Se entrevistó con Hitler en noviembre del 41. En principio el caudillo alemán tenía interés en utilizarlo como líder de un movimiento panárabe que se les uniría una vez las tropas alemanas alcanzasen el Caucaso. El Gran Mufti se dedicó entretanto a reclutar musulmanes bosnios para las SS, lanzar proclamas propagandísticas en árabe por la radio contra los aliados y sus “patrones” judíos, y esperar a que las tropas de Rommel llegasen a Palestina mientras vivía a cuerpo de rey con una pensión de 10.000 $ mensuales del gobierno alemán como líder de un inexistente gobierno panárabe. En 1944, con la guerra ya decidida, intentó instigar una última revuelta en Siria que fracasó rotundamente. En el interín, los británicos habían decidido que era mejor congraciarse con los árabes mientras se ganaba la guerra. Prohibieron la llegada de más judíos a Palestina y lograron que muchos árabes se pusieran de su parte, llegando algunos incluso a combatir contra los nazis en el ejército aliado.
Posteriormente en los juicios de Nuremberg salió a la luz su relación con Eichmann, Himmler y otros jerarcas nazis que, al parecer, le llegaron a organizar visitas a las cámaras de gas de Auschwitz. Parece que su amistad con Eichmann se remontaba a los disturbios de 1936-39, pagados en parte por los nazis. Mientras estuvo en Alemania se mostró especialmente interesado en el exterminio de los judíos y tenía proyectado un campo de la muerte en Nablus para el caso de que los nazis vencieran finalmente. Se cuenta que en 1942 se quejó ante Himmler del intercambio que los alemanes iban a hacer con la Cruz Roja de 10.000 niños judíos a cambio de prisioneros germanos y, a raiz de ello, el intercambio fue suspendido y los niños deportados.
Al terminar la contienda, los aliados lo declararon criminal de guerra, y Yugoslavia pidió su extradición por los crímenes cometidos por las tropas SS que había reclutado y fanatizado. Sin embargo consiguió alcanzar Francia y de ahí huyó a Egipto, donde se le recibió como a un héroe. Parece que los aliados desistieron de su juicio ante la más que probable respuesta que podría causar éste en el mundo árabe.
En 1948 se unió a los que organizaron la guerra contra el nuevo estado de Israel. Tras la derrota de los árabes se convirtió en un personaje incómodo para los sucesivos reyes de Jordania que concedieron el título de Mufti a otros y le impidieron su regreso a Jerusalén por temor a que causara nuevos disturbios. Finalmente murió en el exilio en 1974. El liderato de los palestinos lo asumió entonces su sobrino Yasser Arafat. El gobierno de Israel no permitió que fuese enterrado en Jerusalén.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Joer, HdC, llevaba tiempo sin pasar por aquí y mira, tengo lectura pendiente...

AH, me compraré el libro, a ver si me lo dedicas ;)

7:43 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

11:28 p. m.  

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