domingo, marzo 26, 2006

UN HUMANISTA


JOSÉ DE ACOSTA (n. Medina del Campo, 1540 – m. Salamanca, 1600)

Estudió en Salamanca y Alcalá de Henares, y en 1572 fue enviado a Perú por la Compañía de Jesús. Enseñó teología en Lima y ocupó varios cargos eclesiásticos en la colonia, en 1576 fue nombrado provincial de la orden y fundó varios colegios universitarios a lo largo y ancho del país, viajando constantemente por él, de lo que obtuvo un gran conocimiento de la tierra peruana y sus pobladores que luego plasmaría en sus obras escritas. En 1583 participa en el III Concilio limense, donde se traduce la doctrina cristiana al quechua y el aymara, para facilitar la evangelización de los indios. Acosta dejó Perú en 1585 camino de México, donde permaneció 3 años para luego volver a España. En 1592 viajó a Roma para defender sus ideas reformistas basadas en lo que había visto y vivido en las Américas, oponiéndose al General de la orden en la V Congregación de la Compañía de Jesús. Sin embargo finalmente la orden se puso del lado del General, por lo que Acosta cayó en desgracia y tuvo que volver derrotado a España. En 1597 fue nombrado rector en el Colegio de Salamanca, donde falleció en febrero de 1600.
Fray José de Acosta, además de uno de los defensores de la causa de los indios durante la época colonial, fue sin duda un humanista y científico precursor del pensamiento moderno y de la Geografía tal como hoy la conocemos. Entre sus obras, y aparte de una profusa producción teológica, destacan De Procuranda Indorum Salute (1588) y De Promulgatione Evangelii apud Barbaros (1588) sobre su labor evangelizadora en América, en las que criticaba la manera en la que se conducían algunos seglares y religiosos españoles en las colonias y lo que su comportamiento dificultaba predicar algo totalmente opuesto a lo que los indios veían día a día; aunque muchas de estas críticas fueron censuradas antes de la publicación de la obra. No obstante, por lo que Fray José alcanzaría reconocimiento mundial sería por otras dos de sus obras: De Natura Novi Orbis (1588) y, sobre todo, su Historia natural y moral de las Indias (1590). En ellas Fray José resumía prácticamente los nuevos conocimientos geográficos que habían nacido de los descubrimientos, y criticaba las antiguas nociones de la geografía basadas en los clásicos grecorromanos y la Biblia. Si bien se puede decir que es fácil hablar por ejemplo de la redondez de la tierra después del viaje de Magallanes, la obra del jesuita está llena de otras extrapolaciones a partir de lo que se conocía en aquella época que luego se demostraron muy acertadas, como la existencia de Australia o la idea que los indios llegaron a América desde Asia por un brazo de tierra o estrecho que debería unir ambos continentes por el Norte y que no sería descubierto hasta 1728 por el danés Vitus Bering:

“Este discurso que he dicho es para mí unas gran conjetura para pensar que el nuevo orbe, que llamamos Indias, no está del todo diviso y apartado del otro orbe. Y por decir mi opinión, tengo para mí días ha, que la una tierra y la otra en alguna parte se juntan, y continúan, o a lo menos se avecinan y allegan mucho. Hasta ahora a lo menos no hay certidumbre de lo contrario. Porque al polo Ártico, que llaman norte, no está descubierta y sabida toda la longitud de la tierra...”

Además Acosta no daba crédito en su obra (dando todo tipo de explicaciones que hoy se nos antojan de lo más racionales) a historias clásicas como la de la Atlántida de Platón, de la que habrían salido los pobladores de América, o la de que los indios americanos procedían de las tribus perdidas de Israel, según opinaban algunos basándose en la Biblia; y otras simplemente las ridiculizaba, como la idea de San Agustín de que si la tierra era redonda los antípodas deberían vivir cabeza abajo. Fue pues Acosta un precursor de la nueva ciencia que va a dejar atrás el principio de autoridad de los clásicos y, sobre todo, de las Sagradas Escrituras para basar su conocimiento sobre todo en la propia experiencia y en la razón; y resulta curioso pensar que un jesuita del siglo XVI pudiese tener una mente mucho más abierta que algunas personas de nuestro recién estrenado siglo XXI, que se niegan a ver más allá de lo que dice la Biblia.

3 Comments:

Blogger Luis Caboblanco said...

Bueno, a veces estos religiosos consiguen utilizar la fe junto a la razón con que su Dios tambien les obsequió. Ambas trabajan bien juntas.

11:26 p. m.  
Blogger Jose Antonio del Valle said...

Muy bueno tu blog, por cierto.

10:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es muy grato recibir estas biografias, tan bien expuestas y tan concretas, pero con los enlaces suficientes para ampliarlas en caso de apetecernos.
Gracias

7:40 p. m.  

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