sábado, febrero 07, 2009

ANTES DE LA CREACIÓN

JOSEPH JUSTUS SCALIGER (n. Agen, 1540 – m. Leiden, 1609)

Ahora que parece que hay tanta gente dispuesta a olvidar la historia de la ciencia para volver a las creencias medievales respecto a la "Creación", viene bien repasar la vida de alguno de aquellos eruditos que hicieron posible que el mundo avanzara, y la historia de como se fueron dando de bruces con la Biblia hasta que aprendieron a dejarla de lado. Uno de ellos fue Joseph Justus Scaliger o José Justo Escalígero, como se le llama en ciertos libros españoles, sabio francés que algunos llegan a comparar con Aristóteles y algunas de cuyas ideas, como veremos, hicieron más fácil la vida de los científicos y aún hoy se utilizan.
Joseph Justus Scaliger fue hijo de otro gran erudito de su época, Julius Caesar Scaliger, de quien ejerció de amanuense durante su infancia, aprendiendo de paso latín y la forma de trabajar de los sabios de aquellos años. Estudió griego en la Universidad de París aunque, como las clases tenían un nivel muy alto, acabó aprendiéndolo de manera autodidacta, lo mismo que luego el hebreo y el árabe. Entre 1563 y 1570 viajó por Italia y Gran Bretaña como acompañante de otro joven de familia noble. Durante esos viajes se hizo protestante. Luego estudió leyes en Valence y tuvo que huir a Suiza por la persecución que vivieron los hugonotes en Francia, enseñando filosofía en Ginebra durante un tiempo. Volvió a Francia en 1574 y se dedicó a publicar ediciones comentadas de los clásicos, interesándose después por la historia, en la que introduciría el método crítico que no acabaría triunfando hasta mucho después de su muerte. Scaliger pensaba que la historia antigua no era solo la de los romanos y los griegos, sino también la de egipcios, persas y babilonios, y que no se podía seguir enseñando la historia de los hebreos como un hecho aparte de todas las demás.
De su interés por la cronología y la astronomía surgió la obra Opus de Emendatione Tempore (1583), en la que ideó un sistema cronológico que aún hoy es útil para los astrónomos, el llamado día juliano (por su padre Julius Caesar Scaliger). Hasta entonces los diversos calendarios utilizados hacían muy difícil calcular los días transcurridos desde uno concreto, dato muy relevante a la hora de observar los astros. Scaliger buscó un punto de partida en un día en que coincidieran los ciclos lunar, solar y el utilizado en Roma para la recaudación de impuestos. Con ello calculó su punto de partida el 24 de enero de 4.183 Antes de Cristo según el calendario juliano. Así, el día de hoy por ejemplo sería el día juliano 2.454.870 (no tiene mucho mérito, hay páginas en internet que lo calculan para cualquier fecha). Posteriormente se adaptaría su cuenta a la hora de Greenwich y con pocas adaptaciones más aún funciona.
En 1593 se trasladó a la Universidad de Leiden en los Países Bajos, donde pasó el resto de su vida. Allí pudo dedicarse a tiempo completo al estudio de las matemáticas, la filosofía, la historia y prácticamente todo el saber de su época. Durante sus últimos años siguió publicando ediciones de los clásicos, y en 1606 se editó la que sería su obra cumbre, el Thesaurus Temporum en el que, entre otras cosas, se recuperaba a través de un resumen bizantino la lista de los reyes egipcios de Manetón. Basándose en ella, Scaliger calculó el inicio de la primera dinastía egipcia en el año 5.285 antes de Cristo. Lamentablemente para él, y basándose en la Biblia como posteriormente harían otros como James Ussher, Scaliger había dado previamente una fecha para la creación del mundo en el año 3.949 antes de Cristo, por lo que tuvo que inventarse un período mítico o “proléptico”de tiempo transcurrido curiosamente antes de la Creación (¿tiempo antes de que se creara el tiempo?) para evitar chocar con las Sagradas Escrituras.
Evidentemente aquello no convenció demasiado a los demás estudiosos de su época, algunos de los cuales interpretaron que los egipcios habían inventado un pasado mítico para hacer creer que su pueblo era más antiguo que el judío, que “evidentemente” era el más antiguo según la Biblia. Otros redujeron las fechas de Manetón para que coincidiera con las de las Escrituras. La controversia duró algunos siglos e incluso uno de los mayores pensadores de la historia, Isaac Newton, opinó en su día que la lista de Manetón era errónea puesto que iba contra la Biblia.
Pese a sus esfuerzos para conciliar lo que extraía de sus lecturas con la “cronología oficial” basada en la Biblia, hubo quien debió pensar que sus enseñanzas eran muy peligrosas para la religión, y los últimos años de su vida los pasó en medio de ataques lanzados por sus enemigos, encabezados por los jesuitas que se dedicaron a publicar todo tipo de calumnias sobre él, muriendo en enero de 1609.